No obstante, y a pesar de la profunda gravedad de estas afirmaciones, no debemos olvidar que responden a una postura de carácter personal, esto es, suponen unas opiniones inaceptables vertidas por un sujeto concreto cuya capacidad para estar al servicio del orden público es, sin duda, más que dudosa. Semejantes afirmaciones no deben eclipsar, sin embargo, un aspecto de la noticia que resulta mucho más preocupante.
“Los antidisturbios –se afirma algo después en el artículo-, como todos los mossos, están obligados por decreto a lucir de forma visible en el uniforme su número de identificación personal. Pero durante la durísima carga -121 personas resultaron heridas en el intento de limpiar la plaza de Cataluña- los policías incumplieron la normativa. La justificación de Interior es que el chaleco que usan los antidisturbios es ignífugo, lo que impide enganchar el velcro, encima del cual se coloca el número”.
Esta es, quién puede dudarlo, la cuestión más grave de cuantas nos señala el artículo de El País. ¿De verdad es aceptable que policías encargados de despejar “a palos” a ciudadanos libres que ejercen pacíficamente su derecho de reunión y de concentración vayan cubiertos de arriba abajo y sin ningún tipo de identificación? ¿Cómo es posible que se afirme que estos agentes no podían estar identificados por el tipo de chaleco que llevaban? Si existe un decreto que afirma que los agentes tienen que estar identificados, ¿no supone acaso una infracción gravísima semejante falta de identificación?
Los Mossos d´ Esquadra, bien lo saben los compañeros heridos en Barcelona, no olvidaron portar sus cascos, sus botas, sus coderas y sus espinilleras, tampoco, claro está, sus porras. Lo que olvidaron (o no podían llevar por las peculiaridades de su “atuendo”) eran, casualmente, sus identificaciones o, lo que es lo mismo, el distintivo que hubiese facilitado identificar a aquellos que se comportaron con más saña durante la agresión. Y es esta, decimos, la cuestión más grave de cuantas señala el artículo, porque sujetos aislados con voluntad de ejercer activamente la violencia, como Ferran T. F., son habituales entre los diferentes sectores de la población, pero la aceptación (por no decir premeditación) por parte de las fuerzas políticas para que los mossos no fuesen identificados parece responder a un impulso proto-violento.
Si cada agente supiese que está siendo identificado en todo momento por su número de placa (en forma de etiqueta visible), y fuese consciente por tanto de que no puede camuflarse entre sus compañeros para dejar aflorar sus impulsos más agresivos, las cargas policiales adquirirían una dimensión acorde a las circunstancias. Al eliminar las identificaciones y al cubrir a los agentes de arriba abajo, el ejercicio de la violencia policial (sin responsabilidades) resulta mucho más sencillo.
Por esto mismo, los primeros que deben responder por los acontecimientos de Barcelona son aquellos que han hecho posible que esos agentes no fuesen identificados, esto es, aquellos mandos policiales y responsables políticos a quienes este tipo de anonimato parece interesar.
¡Que las frases detestables de un agente particular, que sin duda debe ser expedientado, procesado o incluso expulsado del cuerpo, no nos hagan olvidar gestos mucho más graves de violencia estructural: la de aquellos que organizaron la operación de dispersión!
La verdad es que a la mentira politica le quedan los días contados...¿los años? el caso es que caerá, la haremos caer.
ResponderEliminarBuen artículo.
porque no pintan los numeros encima los cascos? Puig es un mentiroso y deberia demitir hoy mismo!
ResponderEliminarbuen articulo que deberian publicar tambien elPais y elMundo
Redd
En España, cumplir órdenes de un superior no exime de los delitos que puedas cometer, pues supone que todas las personas tienen capacidad de razonamiento. En Barcelona se hirió a más de 100 personas que estaban sentadas en el suelo, y lo hicieron sin pestañear. Esculpar a la policía porque "simplemente son el último eslabón de la cadena" me parece tremendamente inocente. Ninguno de los policías estaba obligado a golpear a gente indefensa. Lo hicieron por propia voluntad.
ResponderEliminarSi el movimiento llega más lejos estad tranquilos que comenzará la represión policial, los infiltrados revienta asambleas etc ect. Entonces quizá se vea más claro quién está aquí y quién allí.
Al anónimo anterior. El artículo no dice que los agentes que golpearon no tengan responsabilidad. Lo que dice es que si saben que están identificados en todo momento de manera visible, entonces tienen más control a la hora de ensañarse. Ese ensañamiento es habitual entre la policía antidisturbios. Respecto a la segunda parte del comentario, completamente de acuerdo: los revienta asambleas aparecerán (si no lo han hecho ya) y los palos (patadas, etc.) se incrementarán.
ResponderEliminarAl anónimo anterior.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. Añado que esta noticia más que una novedad cofirma un hecho sistemático: los antidisturbios NUNCA van identificados.
Mi comentario iba por este párrafo:
"Por esto mismo, los primeros que deben responder por los acontecimientos de Barcelona son aquellos que han hecho posible que esos agentes no fuesen identificados, esto es, aquellos mandos policiales y responsables políticos a quienes este tipo de anonimato parece interesar."
Y también por algunas cosas que oigo en el campamento y en internet. Los responsables de lo que pasó son tanto los amos como los perros. No puede ser que aceptemos como hermanos a aquellos que vendrán a reprimirnos y a destruir el movimiento.
Al último Anónimo, eso de
ResponderEliminar"No puede ser que aceptemos como hermanos a aquellos que vendrán a reprimirnos y a destruir el movimiento", por muy buen contexto que tenga, me parece que tú mismo te puedes dar cuenta de a lo que suena.
Si empezamos a diferenciar quién es mi hermano y quién no ya sabemos cómo acaba la cosa. Se trata de vencer conciencias, ¿o no? Quizás me equivoque.
Y aquí podéis firmar para exigir la identificación de los antidisturbios:
http://actuable.es/peticiones/exige-los-antidisturbios-vayan-identificados
Luis